Querido Dios, admito que tengo temor, pero quiero conocerte. No lo entiendo todo, pero te agradezco que hayas estado conmigo incluso cuando no te reconocía. Gracias por enviar a tu hijo Jesús para salvarme y no para condenarme.

 

Admito que nunca pensé que necesitara un Salvador, pero hoy quiero recibir el regalo de la salvación. Confieso que he pecado, hice cosas que no fueron correctas ante tus ojos. Te pido perdón y agradezco que hayas enviado a tu hijo Jesús para salvarme de todos mis pecados, y limpiarme a través de su sacrificio en la cruz. Te pido que me salves de mis remordimientos y errores. Necesito que quites de mí el estrés, la carga del pecado y me llenes con tu amor. Necesito estar en paz contigo y necesito que pongas tu paz en mi corazón.

 

Amado Dios desde hoy en adelante, quiero que tu hijo Jesús sea mi Señor y mi Salvador, quiero recibir tu regalo de la vida eterna. Gracias por amarme desde antes de nacer, gracias por caminar siempre a mi lado y gracias por esperar pacientemente que tomara esta decisión.

 

Quiero  aprender a amarte, confiar en ti y tener una relación contigo, deseo saber para qué me has puesto en la tierra, quiero cumplir con el propósito para el cual me creaste, quiero despertar cada mañana buscando hacer tu voluntad y agradándote en todo.

 

Hago esta oración en el Nombre de tu Hijo Jesús, amén.